diumenge, 8 de març del 2015


Quiero romper una lanza a favor de José Luis.

Él, ha dejado de estar con nosotros en ésta nuestra vida.

Entrenador de delfines desde hace más de 25 años, trabajando en diferentes ciudades. Promotor en España de la terapia atribuida a esos especiales mamíferos acuáticos llamada delfinoterapia.

Dice la leyenda que esos animales provienen de la estrella Sirio y son transmisores de una alta frecuencia de vibración que hace que los niños, siendo inocentes, puros y sin contaminación, reciban esas vibraciones.

Siempre recordaré aquella mirada de José Luis (entrenador) en una imagen en que mi hijo Carlos se encontraba junto con una hembra de delfín.

La vida te enseña muchas cosas y nosotros estamos para aprender, aunque a algunos les cuesta aceptar el comportamiento de los humanos.

A Jose Luis lo han tachado de maltratador de animales, creo que todos deberíamos estar acusados de ello.

Acaso los que matamos una mosca no lo somos o, los que pisamos una cucaracha o cualquier bicho que se pasea por casa tenemos el beneplácito del Señor de la Naturaleza?

Si nos ponemos a juzgar, podemos incluir todos aquellos que tienen animales encerrados en una casa, jaula, acuario, terradio, etc, etc.

Si, el mundo esta mal hecho, tenemos que reformarlo o al menos minimizar la matanza, comenzando por los humanos y terminando con el más diminuto ser vivo y dejarlo vivir en su hábitat que esta, es otra cuestión.

...y las plantas, y los árboles y en definitiva, nuestra Madre Tierra.

La jauría mostrada ha sido tal, siendo un hombre sumergido por circunstancias de la vida a un determinado trabajo que encontró su vellocino de oro al colocar a un niño con problemas junto a un mamífero marino. Este pedazo de bicho, quizás encargado,  de solventar esos errores llamados Karmas en la vida de un niño inocente.

No está en mí, juzgarte José Luis. Tú me mostraste tu corazón hacia con mi hijo. Siento que los animales estén encerrados, también siento que la vida sea un sacrificio por medrar aunque conlleve la mismísima vida.

Hasta siempre José Luis. Gracias por cruzarte en nuestro camino.